Una vez que comienzas a intentar tener un bebé, puede parecerte que todo el mundo sabe tu secreto. Pero la gente rara vez está tan pendiente como te piensas. Por si acaso, vale la pena tener algunas respuestas preparadas.
Si alguien nota que de repente has dejado de tomar alcohol, diles que estás en un proceso de depuración. ¡Es verdad!
Si hay un regalo que le puedes hacer a tu bebé es probablemente cambiar a café descafeinado. Si alguien te pregunta, diles que últimamente has tenido problemas para dormir y que estás haciendo un descanso de café para ver si te ayuda.
Si aparece el tema de los bebés en el trabajo, disimula. “Me encantaría ser madre algún día” es todo lo que tienes que decir. Una alternativa es dejar de lado la conversación con un rápido “Guau! Me encanta tu camisa, ¿es nueva?”. Las mentiras piadosas también están bien. Una vez que tus compañeros de trabajo sepan que estás embarazada – en su momento les anunciarás la noticia – entenderán totalmente tu necesidad de intimidad.
Es ilegal que tu superior te pregunte sobre tus proyectos de maternidad. Así que no sientas que has que ser honesta aún cuando te pregunten directamente. Ni siquiera tienes que informar a tu jefe de que estás embarazada hasta unas semanas antes de que nazca el bebé, lo que hagas hasta entonces es tu problema.
No se sabe cuándo te vas a quedar embarazada, así que no permitas que el futuro dicte tus planes presentes. Es bueno proponerse nuevos proyectos emocionantes y aprovechar oportunidades: cruzarás el puente hacia el embarazo cuando consigas quedarte embarazada.
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